Goleada inapelable al que era el segundo clasificado en la tabla:
AD Buenavista Castilla 0 – 3 AD Ferroviaria
| Ayer sobre el renovado césped de Cotorruelo I no había ni un jugador Sub-21. Quizá tampoco ni un Sub-23 ni un Sub-25 a la hora de comenzar el partido. Era una batalla para hombres hechos y derechos como los que abundan en las plantillas de estos dos equipos. Para locales y visitantes estaba en juego mantener viva la llama del ascenso de categoría cuando el final del campeonato ya está en el horizonte. Pese a que la tensión se mascaba en el campo y en ambos banquillos, fue un partido limpio, de juego viril con una única excepción, la brutal entrada al tobillo derecho de nuestro extremo Mario Giménez con la que terminó el partido.
Esas pulsaciones altas las transformaron ambos equipos en un juego ofensivo que entusiasmó al público presente. Los ataques sobre una y otra portería fueron continuos, con el acierto por nuestra parte de no dejar tocar el balón a la estrella local, Wilmer Alessandro, el goleador que estuvo desaparecido por la vigilancia a la que fue sometido, primero por Gonzalo y después -cuando el delantero se desesperó y cambio de banda- por Cholo.
El Buenavista Castilla no se adelantó en el marcador por la racha de notables intervenciones de Adrián Suárez, ayer un inmenso muro infranqueable. Hasta tres ocasiones claras desbarató nuestro portero, y en la que solo pudo mirar el remate, el balón se estrelló en el larguero (minuto 33). Con Wilmer Alessandro deambulando por el césped, el peligro local era asunto del canario Bruno Rodríguez. Y «la Ferro» no se quedó atrás a la hora de poner a prueba al defensor de la otra portería, a Guillermo Andrés, el cual respondió con agilidad en un par de situaciones.
La segunda mitad comenzó con una mala noticia para nosotros. En el minuto 47 la lesión muscular de Gonzalo provocó que Othman ordenara un movimiento de posiciones que afectaba a todas las líneas. Por el lateral salió un delantero, ‘el mago’ Sancho, lo que retrasó al centro del campo a Rubio y, a su vez, trasladó hasta el lateral al medio Julián para que se encargara de que el peruano Wilmer Alessandro siguiera desaparecido. Hasta que la AD Ferroviaria ajustó sus líneas transcurrieron unos minutos en los que el dominio correspondió al Buenavista Castilla, por lo que nada hacía presagiar lo que después ocurrió.
Y ocurrió que «la Ferro» arrasó a su rival. El punto de partida fue un barullo en el área que resolvió Rubio (minuto 64). El 0-1 no solo fue un golpe anímico para los locales, sino que además dieron la sensación de padecer un bajón físico inimaginable unos minutos antes. Wilmer Alessandro comenzó a dar muestras de estar lesionado, aunque su entrenador, Rodrigo Fin, no le sustituyó, lo que dejaba como único peligro local al incansable -este sí se entregó en cuerpo y alma hasta el minuto 90- Bruno Rodríguez. Con el Buenavista Castilla superado y desconcertado llegó el segundo gol de los ferroviarios, una obra de arte de Mario Giménez desde fuera del área (minuto 70).
Los nuestros no bajaron la intensidad de su juego porque los cambios introducidos por Othman (Marcos, Rafa y Jorge) mantuvieron el feroz ritmo marcado por sus compañeros (Flavio, Cholo, Julián, Ángel… todos sin excepciones), algo que no consiguieron los locales con sus sustituciones. El 0-3 lo consiguió Arroyo (minuto 82), un justo premio para el extremo por sus muchos kilómetros recorridos, llevando la euforia a un equipo que solo dejó de disfrutar cuando Mario Giménez
recibió una brutal entrada por detrás, al tobillo y sin posibilidad de jugar el balón, perpetrada por David Cogollor con la anuencia del colegiado Melguizo Cármenes. Mientras el infractor continuó jugando con una simple amonestación (tarjeta amarilla), nuestro delantero tuvo que retirarse con fuertes dolores y una visible inflamación.