Gran homenaje al fútbol ofensivo:
Cultural Unión Leganés 5 – 6 AD Ferroviaria
La AD Ferroviaria fue en cuatro oportunidades por debajo en el marcador (1-0, 2-1, 3-2 y 4-3) y siempre reaccionó mirando la portería contraria, lo que refleja una ambición sin límites de su plantilla, con su entrenador al frente, Othman Alilech, que decidió faltando media hora y perdiendo 4-3 colocar cuatro delanteros sobre el maltrecho césped del Mercacentro. El 4-2-4 de los azules los llevó a marcar tres goles en los 20 minutos finales y pasar del 4-3 al 5-6.
Pero el homenaje al fútbol ofensivo no sería completo sin la aportación del Unión Leganés, que fue a por el partido desde el primer minuto. Los locales mostraron tres jugadores incisivos que supieron hincarle el diente al sistema defensivo visitante. El asistente de lujo fue Filfan, y los rematadores de esos magistrales pases el centro delantero Burgos y el fogoso Isidro, este incansable en su pelea con cualquier rival que tuviera cerca.
Mientras «la Ferro» intentaba hilvanar un juego combinativo, el Unión Leganés recurrió a un único camino para poner a Adrián al borde del infarto: asistencias en largo y precisas de Filfan a la espalda de los centrales y a correr Burgos e Isidro. No desactivar esta conexión hacía sufrir lo indecible a los visitantes, sobre todo a los centrales Téllez y Charly, y más teniendo en cuenta que Alonso Julián, el árbitro del partido, jugaba a la ruleta rusa con la señalización de los fuera de juego. Con la línea de cuatro ferroviaria jugando continuamente adelantada, y sin asistentes en las bandas, hasta cierto punto es compresible que Alonso Julián repartiera aciertos y errores con su silbato dada la gran cantidad de jugadas parecidas que debió juzgar.
El intercambio de goles en las porterías hizo que el partido fuera vibrante, sobre todo los últimos minutos, en lo que se encumbró el veterano Rubén Ferrero, futbolísticamente Rubio aunque tiene el pelo más moreno que Marcelino Gª. Toral. Si su apodo es incomprensible sus remates también lo fueron para Iván Fernández, el portero local, al que hizo un hat-trick con una naturalidad que parecía que remataba sin esfuerzo, como si fuera sencillo enviar el balón a la red de Fernández. Y la verdad es que no era así porque Iván Fernández demostró ser un porterazo, gracias al cual «la Ferro» no decidió el partido mucho antes.
Pero Rubio no fue el único héroe de los azules porque es innegable el trabajo de Cholo, Ángel, Álex (gol para el 2-2 en el minuto 42’) y, sobre todo, de Gonzalo. Las bajas de la AD Ferroviaria sacaron a Gonzalo de su zona de confort, la defensa, y le llevaron a jugar de extremo izquierdo en el 4-3-3 inicial de Othman. Por allí evolucionó hasta que llegó su momento de gloria, en el que demostró que su pierna izquierda no es de esta categoría. Gonzalo marcó el empate a cuatro goles (68’) con un chutazo desde fuera del área, y él remachó el 5-6 ante el delirio de sus compañeros a falta de un minuto para el final.