| Partido trascendente para el ascenso que se consiguió sacar adelante no sin esfuerzo. Tras el saque de honor, en homenaje a nuestro jugador histórico Joaquín Peiró, el partido fue un monólogo de los nuestros, fuertes en defensa (Rafa – Adrián Gómez – Flavio – Cholo), dominadores en el centro del campo (Julián – Ángel – Álex – Marcos) e incisivos adelante con Arroyo y Marchán. Pese a ese dominio de «la Ferro», el club de Leganés demostró una notable colocación, y aguantó las embestidas con unos sólidos Al Abaichy y Cardaku protegiendo su área. Las armas ‘pepineras’ para sorprender eran los veloces Konteh y Gnazale, pero en esta oportunidad no se produjo ningún desajuste defensivo en los ‘ferroviarios’ y Adrián Suárez vivió tranquilo entre los palos de su portería.

Antes del descanso llegó un remate de Arroyo que fue imparable para Fajardo (minuto 43) porque era de todo punto irrechazable, por lo que el gol psicológico frenó el ímpetu de los azules, que afrontaron la segunda mitad del partido con cierta relajación. Esos momentos, en los que el dominio pasó a los muchachos dirigidos por Faissal Chehade, los capeó «la Ferro» con experiencia, enfriando las acciones hasta que el cansancio y la desilusión mermó las acometidas del Leganés.

La tranquilidad casi definitiva para la AD Ferroviaria llegó en el minuto 78, cuando Mario Giménez, que había saltado al campo por Arroyo, chutó con precisión a la escuadra izquierda de Fajardo, que de nuevo nada pudo hacer por evitar el gol. El 2-0 espoleó la voluntad de los visitantes en los minutos finales, pero más cerca estuvo el 3-0 que el 2-1 por la mordiente introducida con los cambios de Sancho y Jorge. Esta vez, el pitido final no solo provocó expresiones de alegría en el césped, sino también en la grada, donde se mantenía toda la familia del recordado Joaquín Peiró Lucas.