(Temporada 21-22) Crónica jornada 18

Era obvio cuál era el equipo que comenzaba el partido de ayer con la etiqueta de favorito para llevarse el triunfo. El CD Pasillo Verde Arganzuela está completando una temporada magnífica, sólido e imbatido líder del grupo  habiendo ganado varios encuentros sin necesitar pisar el acelerador por contar con  jugadores de categoría superior.

Sin embargo, el inteligente planteamiento del entrenador ferroviario Othman y el despliegue físico de nuestros jugadores, que mostraron una concentración máxima en la misión encomendada a cada uno, consiguieron que el CD Pasillo Verde Arganzuela mordiera el polvo por primera vez en esta temporada. Además de lo apuntado, en el éxito de «la Ferro» también contribuyó que los locales perdieran un jugador en el minuto 25 (Jorge Calderón)  por doble amonestación y que Hugo Cattoni, nuestro portero mostrara todas sus virtudes entre los palos, hasta desesperar a los rematadores del equipo local.

En la primera mitad, la AD Ferroviaria no se precipitó en ninguno de sus movimientos, poniendo pausa a su juego mientras los locales llevaban el control del partido, incluso con diez jugadores sobre el campo. Los chicos de Othman dejaban hacer al CD Pasillo Verde Arganzuela en espera de sorprender con algún remate de los siempre avispados Marchán, Rubio o Sancho, sobre todo este último, en racha desde hace un mes.

Con el 0-0 en el marcador los papeles de los contendientes se acentuaron en la segunda mitad, los locales al ataque y los visitantes al acecho. Y los leones agazapados de Othman saltaron sobre su presa y dieron la sorpresa marcando un gol… obra -como no podía ser de otra manera- de Sancho (minuto 50), que parece estar iluminado por San Judas Tadeo, el patrón de los ferroviarios.

Con 40 minutos por delante, Othman decidió que el equipo no se echara atrás y puso en el campo dos delanteros, dos flechas como Arroyo y Víctor, en busca de volver a sorprender al conjunto verde. Pero tanta valentía no hizo brillar a los citados Arroyo y Víctor, sino a Hugo, que comenzó a vivir un bombardeo sobre su portería. Pese a la inferioridad numérica, el fluido juego de los locales encontraba huecos en la ya agobiada defensa de los grises y, con ellos, posiciones de disparo sobre Hugo.

Ni en esos momentos de alarma perdieron los nervios los visitantes. «La Ferro» mostró confianza en sí misma en esos instantes de sufrimiento en los que el Pasillo Verde se lo jugó todo a una carta, con un sistema que poco menos era de un portero, dos defensas y siete delanteros. El líder era un torbellino, pero los chicos de Othman conservaron el orden, la disciplina, las ayudas defensivas, la colocación… en definitiva, fue un equipo, un equipo serio que con un portero Cattoni en estado de gracia conservó el 0-1 hasta el pitido final del colegiado Almazán Ruiz.